miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL REBECO

Tiene el aspecto de cabra, no sobrepasan los 35 Kg. y no supera los 75 cm. de altura. Es un símbolo de los Picos de Europa, por cuyos jous y riscos calcáreos circula con gran agilidad, siendo un espectáculo ver sus carreras, saltos y emocionantes trepadas por colgados neveros, desplomadas paredes y voladas cornisas. También habita en la alta montaña de Aller, Caso, Ponga, Piloña y Sobrescobio. Los cuernos son cortos (menores de 25 cm.), lisos y derechos, el pelo es castaño rojizo en verano y pardo negruzco en invierno. La hembra dirige al rebaño y al menor incidente emite un silbido característico que pone en pié de carrera al resto del rebaño, el celo se desarrolla en noviembre-diciembre, luchando los machos entre sí. En los meses de mayo-junio nacen 1 ó 2 crías. Es desconfiado y muy dificultoso aproximarse a ellos, siendo una de las piezas de caza mayor, más codiciadas. La caza al rececho se autoriza desde el 2º domingo de septiembre hasta el primero de noviembre. A finales del XX hubo epidemia de sarna sarcóptica que diezmó la población de las Cuencas. En el 2005 se constató su recuperación y se autorizaron 46 recechos de rebeco.


El rebeco de la cordillera Cantábrica -Rupricapra pyrenaica parva- es la subespecie que presenta la menor talla entre todos los rebecos del mundo. Ha estado presente en toda la cornisa cantábrica durante miles de años, ya que aparece representado en el Cuaternario, en cuevas como la de Tito Bustillo o Balmori. Su presencia ha ido decayendo en muchas zonas, llegando a desaparecer. Durante la guerra civil, las posiciones defensivas en los altos de las montañas mermaron su población alarmantemente, llegando a quedar tan sólo unos centenares de ejemplares en la década de los treinta del pasado siglo. Sin embargo, una mayor protección y concienciación consiguió que la población se recuperase. Se pretende conseguir una población autosostenida para el aprovechamiento cinegético mediante recechos.


En marzo del 2.008, se ha iniciado la repoblación de rebecos en las sierras de Caranga, Sobia, Tene y el Aramo. En éstas zonas con abundantes calizas con pendientes superiores en muchos casos a los 45º, con bosques de hayedos, avellanos, acebedas y pastos que garantizan sustento y cobijo a éstos preciosos animales, símbolo de los Picos de Europa. Los rebecos del Aramo fueron extinguidos en el siglo XIX por el hombre, debido a la hambruna que padeció por aquella época. Ahora se han capturado rebecos en la zona de Somiedo para repoblar la Sierra del Aramo y se pretende llegar al medio centenar en el próximo año


REBECO (Rupicapra rupicapra parva).- Se han censado 5.300 ejemplares. La sarna solo afectó a la vertiente leonesa y se detectó un brote de brucelosis en Sajambre (León) que ha sido controlado.

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